El concepto de 215 coffee bar sin duda resalta desde el primer momento que entras al local, con su pared decorada con tiza y unos mensajes únicos que te hacen sentir en la casa de un amigo cercano. Este café de día y bar de noche comenzó en octubre del 2017 donde Madaly Sánchez y Ángel Dominguez, pareja emprendedora te atienden y cocinan con ese toque hogareño que te hace regresar.
El amor y el emprendimiento
Ángel y Madaly se conocieron a través de una amiga en común hace 2 años, esta amiga siempre compraba mantequilla de maní que vendía Ángel y Madaly también compraba, pero no tenía el contacto directo hasta que la amiga se fue del país y le tocó comprar directamente, aquí fue cuando comenzó todo, se hicieron amigos, salieron y se hicieron pareja, esto pasó muy rápido, quisieron dar un paso más cuando Madaly se involucra en el negocio de las mantequillas de maní.
Tenían un espacio pequeño donde las producían, pero este lugar alquilado les daba para hacer algo más, aquí es cuando surgen las ideas de una manicería pero desarrollando el proyecto se dieron cuenta que los costos eran muy altos, además se dieron cuenta que en la zona no iba a funcionar. Decidieron hacer el café y ofrecer tanto dulces como productos al estilo bodegón, pero en el camino se dieron cuenta que no serían rentable y apostaron por preparar comida. Comenzaron con las hamburquesas rellenas con pan artesanal, presentarlo de forma diferente y colocándole detalles que marcan la diferencia. La idea de 215 coffee bar es tomar un café delicioso acompañado con una galleta o un postre, que sea agradable a la vista y que disfrutes la estadía.
El esfuerzo trae sus beneficios
Para llegar al concepto de diseño esta pareja conversó sobre las cosas que les gustaba, los detalles que veían de los lugares que visitaban y de allí tomaron parte de lo que pueden apreciar. Con respecto a los colores el negro es una elección particular porque el local tiene mucha luz y la forma de hacerlo más acogedor se logra con ese color, el contraste con colores pasteles llama la atención de todos. El tema de la inversión para crear este negocio fue poca, pero lograron apoyarse de personas conocidas que les dieron parte de la madera, un amigo carpintero les hizo los muebles, familiares encontraban precios accesibles de los utensilios y accesorios para el café, ya para cuando hicieron la apertura del local muchos ayudaron a pintar, limpiar y a decorar.
Su motivación para mantenerse aquí es su familia, la reacción de los clientes no tiene comparación y de tantas veces que los visitan ya son como parte de la familia, esto los llena de satisfacción y supera los comentarios que pueden escuchar en la calle o cuando les toca reponer el inventario. Apuestan por Venezuela porque creen que sí se puede.
Publicar un comentario